
Luego está el asunto de qué esperar. La simplicidad seguramente será su máxima, y la integración de los servicios online, imprescindible. Así que nos plantaremos ante un sistema ligero, que vivirá conectado a Internet y en el que la fluidez y la necesidad de pocos recursos será una constante.
No pensemos pues en un sistema operativo al uso, que venga a sustituir al que ya usamos en nuestro ordenador de trabajo. No todavía. Aunque si lo pensamos, el navegador es realmente el sistema operativo del futuro.
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XATAKA
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